sábado, 31 de octubre de 2009

Twiteando sin tweeter

PARC IMPRESIONANT XO TOI N CRACOVIA SCRIVIENDOOS DSD MI MVL XTRATERRESTRE JAJA.UN BESO A TODOS

lunes, 12 de octubre de 2009

A veces hay que volver a escribir

Suena a manual de autoayuda, pero hace mucho tiempo un buen y cercano amigo me dijo que "el ser humano es el único animal que se establece límites a sí mismo para no enfrentarse a la responsabilidad que supone estar preparado para alcanzar cualquier meta". Con el paso de los años, con las experiencias vividas y con cientos de huracanes detenidos con la mirada, le he ido dando cada vez más la razón. Es sorprendente el ser humano, pero no solo como ente, como maravilla de la evolución o como complejidad biológica clara muestra de un diseño eficiente, sino más bien como sujeto parte de una gran contradicción en su propio nucleo. Somos protagonistas, ejecutores y ejecutados de nuestras propias decisiones arbitrarias a veces, racionales otras, pero siempre con una gran cantidad de puntos en común entre todos nosotros.
No era tan falso aquello de que somos el animal que tropieza dos veces con las misma piedra. No era tan cierto que eramos el centro del Universo. Sómos capaces de levantarnos contra la adversidad por fidelidad a otros como nosotros. Sómos capaces de dejarnos caer por infidelidad a nosotros mismos. Nuestras lágrimas más sentidas pueden reflejar la mayor de las alegrías. La más grande de nuestras sonrisas puede ser el reflejo del peor de los dolores. El miedo puede hacernos sentir seguros. La constante seguridad puede ser el mayor de nuestros miedos. Algunos besos, algunos abrazos nos visten de lágrimas. Algunos golpes nos secan por dentro. Soñamos con tener una vida sin temores, pero vivimos con miedo a que nuestros sueños se hagan realidad. Añoramos la inocencia de cuando eramos niños. Les decimos a los niños que no han de ser inocentes. Deseamos abrirnos al mundo sin condiciones ni estupidas sospechas. Sospechamos de quien se abre a nosotros sin tapujos. Algunos golpes pueden hacernos felices y algunas caricias pueden dolernos como sal en una herida. Hay momentos en que una persona puede matarnos de placer. Hay momentos en que una persona puede condenarnos a vivir con los pies en la tierra. Acertar puede ser una mala recompensa. Fallar puede ser una bendición. Vivimos los mejores momentos flotando en una nube y cerrando los ojos. Vivimos los infelices pendientes de lo que vemos y percibimos. La vergüenza nos puede cuando deseamos algo, en cambio somos valientes cuando no tenemos nada que perder. Nos hacemos los fuertes cuando todo el mundo llora, pero lloramos cuando solo una persona nos mira. La muerte puede hacernos sentir vivos. La vida puede hacernos sentir muertos. A veces luchamos como guerreros por cosas intrascendentes. A veces nos rendimos antes de la batalla por cosas que de verdad importan. Soñamos con vivir cada día como ningún otro, pero todas las mañanas pedimos cinco minutos más para soñar. Por todo ello somos extraordinarios, somos únicos cada uno, en cada momento, en cada lugar. Puede que repitamos los fallos, puede que no, pero al final solo quedan cuatro o cinco cosas que serán importantes. Quedará la huella indeleble que dejes en los que te conocieron, quedarán la experiencias que hayas tenido, quedarán los pasos que hayas recorrido, pero debes tener el objetivo de que cuando eches la vista atrás estés contento con el lugar de donde provienes y en que te has convertido, para que así puedas enfrentarte a los límites que tu mismo te fijaste y observes con divertida mirada que todos y cada uno de esos límites eran estúpidos.
Después de tanto tiempo vuelvo a escribir y he de decir que estoy contento de quien soy y en quien me he convertido, de los pasos que he dado y de cual fue mi casilla de salida. Como botellas se nos ve mejor llenos.
PD: Todo este post nació gracias a la repetitiva escucha de una canción. Ya sabeis, revelaros contra vuestras propias limitaciones pq a veces hacer lo inesperado funciona.