jueves, 14 de enero de 2010

El hombre de Dios, o Dios que hombre!!!

El título tan cómico, sonoro y llamativo de este post viene a raiz del último día que paseaba bajo la lluvia (últimamente omnipresente) por la plaza de las Pasiegas. Estaba practicamente yo solo en aquella plaza, que para quien no lo sepa es la plaza a la que da la entrada de la Catedral de Granada. Era normal, sobretodo debido al diluvio que asolaba Granada aquella tarde. Como siempre que paso por allí y como una manía de niño pequeño, suelo recorrer la plaza deslizandome sobre las suelas de mis zapatillas ya que resbala muchisimo y más si todo el firme está mojado. Así iba yo, mojandome y dibujando una ligera sonrisa en mis labios mientras "patinaba" por allí, pero claro, pocas veces no hay algo que llama mi atención o que se cruza en mi camino truncando mi diversión, en este caso fue una pequeña octavilla mojada que hizo que mi pie derecho se frenase en seco y que por consiguiente casi me dejase los dientes en el marmol de las escaleras.
Tras estabilizarme y cerciorarme de que seguía vivo me puse a mirar no la octavilla en cuestion (que había quedado destrozada) sino una hermana de esta. Me sorprendí, me reí y pensé en la necesidad de hablar del personaje del que hablaba aquel papel. No era otro que el (desgraciadamente en todos los sentidos que podais imaginar) Arzobispo de Granada, Monseñor Javier Martínez. Aquel pequeño tríptico contenía un mensaje de apoyo al susodicho personaje con respecto al gran número de hostias (no consagradas) que se ha llevado, posiblemente de forma merecida, en los últimos tiempos.
Como casi todos sabreis, la última perla de este señor la soltó en su homilía de Navidad. En ella estaba criticando duramente el aborto y la reforma de la ley que concierne a tal práctica, cuando mencionó la siguiente frase:
"...,pero matar a un niño indefenso, y que lo haga su propia madre, da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de la mujer,...".
Esta declaración, que ya en si es una burrada y una abominación de mucho cuidado dignas de hacer merecedor de "Despreciable Ser Humano" al ente que la pronuncia (digo ente porque me niego a llamarlo ser), no iban solas, sino que iban acompañadas de otro regalito:
"Porque es de cobardes matar al débil,..., en la preciosa Edad Media, que nadie se atreve a recordar porque tampoco es políticamente correcto,..., época en la que hubo una orden militar cristiana" donde los caballeros "hacían el juramento de no combatir nunca con menos de dos enemigos a la vez, porque para un caballero cristiano era indigno combatir de igual a igual con quien no era cristiano. El mundo puede llamarlo estupidez. Yo le llamo valor".
Os preguntareis que sentido tiene este parrafo así inconexo. Tiene sentido porque justo antes en esa misma homilía había dicho:
"... es un genocidio silencioso que se impone a los profesionales como si fuera una obligación, el mismo tipo de obligación que las que tenían los oficiales en los campos de concentración..."
Supongo entonces que el buen Monseñor olvidó que la iglesia Católica permitió buena parte del genocidio Nazi y es más, bendecía los cañones alemanes, porque ellos iban a matar comunistas. Al fin y al cabo los nazis solo mataban judios. Y lo comparo con esa "preciosa Edad Media" porque tampoco recordará como Julio II, Papa de Roma conocido como "El Papa Guerrero" sometió e hizo a su voluntad a través de la fuerza por toda Europa. Obligando a trabajar entre otros a Miguel Ángel. O tampoco recordará los tiempos de Torquemada, pero claro, eso no era matar inocentes, sino herejes y pecadores (como Miguel Servet) a los que no perdonaban, a pesar de que el mismo Javier Martínez menciona:
"Sólo existe una medicina para este crimen: el perdón, medicina que sólo conocemos los cristianos. Un médico que haya practicado cientos de abortos y que algún día caiga arrodillado, asombrado de su propia mezquindad humana, es abrazado por el Señor. Una adolescente engañada por el chico que abusó de ella o por sus padres, o por la imagen que tiene de sí misma, siempre tendrá en la Iglesia una casa, una familia y una madre"
Lo de que el perdón solo lo conocen los cristianos me parece increible, sobretodo después de que todos esos crímenes en la época de la inquisición, esas miles de madres angustiadas creyendo que sus hijos muertos al nacer quedarían eternamente en el Limbo, esos miles de abusos en las sacristías, etc. hemos tenido que perdonarlos el resto de los mortales y sentirnos mal si no lo haciamos.
La trayectoria de este hombre además es larga y sentida. Llegó a Granada después de ocupar el obispado de Cordoba, del que salió corriendo tras protagonizar una sonada guerra abierta contra el presidente de Cajasur. Esto derivó en que ya en Granada dirigiese su guerra personal contra el archivero de la catedral y consejero de Cajasur (caja a la que no quería ver ni en pintura después de lo vivido), asi que al poco tiempo lo destituyó de su puesto y perdio definitivamente los papeles cuando intentó evitar la publicación de un libro coordinado por el ex archivero y gestionado por Cajasur, personandose en la imprenta de Cordoba para "secuestrar" los escritos.
También fueron sonados sus movimientos y declaraciones relacionados con la decisión de obligar a los seminaristas a salir de la facultad de Teología o unas declaraciones sobre el preservativo que dejaron una vez más claro cual es la ignorante y retrograda posición de la Iglesia con respecto al anticonceptivo:
"...el uso masivo de los preservativos no ha detenido los contagios de sida en Africa, sino que lo ha propagado, una realidad que está perfectamente constatada...".
A lo que añadía:
"... (los culpables son) los mismos que degradan sin cesar y sin límite nuestra propia humanidad y la dignidad de nuestro pensamiento cuando deciden promover entre nosotros la banalización absoluta del uso del cuerpo humano y del sexo...".
Creo que no es el más indicado para hablar un hombre que dice que un hombre tiene derecho total a abusar del cuerpo de una mujer que ha abortado, o que ha negado en varias ocasiones la existencia de abuso a menores por parte de miembros de la curia.
Por último, conozco personalmente una guerra abierta que tiene el arzobispado con la organización religiosa "Hermanos Obreros de María", porque en el colegio de esta organización ("Ciudad de los Niños") se reparten preservativos entre los menores (casi todos miembros de familias desestructuradas), que de no ser así podría dar lugar al crecimiento demasiado rápido de la población del colegio (vosotros ya me entendeis). También debo decir que entre los curas de los "Hermanos Obreros de María" se encuentran algunas de las personas que más respeto en este mundo por su dedicación, honestidad y trabajo duro por el bienestar de esos niños, y que ojala el resto de parrocos, curas, etc. se comportasen igual que ellos.
Supongo que en todos lados las cumbres del poder están corruptas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este hombre es un señor XDDDDD

maria (bs)