jueves, 19 de febrero de 2009

Metiendo a Dios en fregaos


Hace tiempo que quería escribir el siguiente aporte, pero entre la operación, los acarreos de aeropuertos, las ineludibles citas sociales y mi logica necesidad de ver a mis seres más queridos, pues no ha habido tiempo para dedicarle al blog. Hasta claro está, hoy, que tumbado en mi cama dejo que el sol granadino me caliente las piernas.
El tema a tratar, que ha provocado mi incredulidad, ira y sobretodo necesidad de contar, no es otro que la pasmosa hipocresía con la que se comporta el archiconocido gremio eclesiastico. No me referiré a la soberana tontería de que ellos le den caña al gobierno y el gobierno encima les suba su asignación económica (superando a las ONGs oiga), o a su lucha contra el condón y las armas, cuando el mismo banco vaticano invierte en empresas relacionadas con la producción de condones y armas (que manda cojones como diría el más propio), que va todo ello sería algo que ya hemos criticado muchas veces y resultaría demasiado fácil provocar sus mentiras o sus respuestas carentes de sentido y lógica.
Hoy me preocupo de su preocupación por la infancia. Si, si, ya lo sabe usted los curas miran primero por los niños (¡¿Es qué nadie piensa en los niños?!). Así hemos asistido a su lucha cuasi titánica en contra de la Educación por la ciudadanía, porque se preocupaban por los niños, no vayan a ser adoctrinados. Pero ya sabeis por desgracia ni en los antros mas llenos de corrupción y maldad puedes evitar que haya "descarriados" que se olviden del anillo de oro cardenalicio y decidan dedicar su vida a ayudar a los mas necesitados. Y claro a la iglesia le crecieron los enanos, como es el caso de la monja misionera Sara García Sanchez, que hace unas semanas escribía un artículo de opinión en El País.(Pinchar en el nombre para seguirlo).
Es cierto soy el primero que se rinde ante la evidencia de que dentro de un organismo corrupto hay gente que merece todo el respeto, conozco a muchos de ellos. Pero si os fijais esta gente es tan humilde que ni siquiera menciona su relación con Dios. ¿Será que no tienen linea directa con él como parece tenerla Rouco? ¿O es que justamente no era su Dios el que prodigaba comportarse con humildad? Creo más bien lo segundo, y por eso es cuando no entiendo que se meta a Dios en estos fregaos.
Estos enchufaos de Dios, lo tienen en la boca como si del Padre Nuestro se tratara (valga la redundancia) y en parte me deja perplejo, pues lo mencionan mucho y alardean de sus "contactos" cuando jalean improperios a las madres que por unas circunstancias u otras lo han sido sin desearlo, y que solamente quieren poder decidir sobre su cuerpo. Estas mujeres a veces han sido victimas de una violación, pero estos supuestos defensores de la moral y de una religión que predica con el amor, desean que ellas sufran como poco durante nueve meses la tortura que puede suponer engendrar la semilla de su sufrimiento y aquel cruel maltrato. Los adalides de la familia espetan que aunque terrorifico, es Dios quien ha querido que ello suceda y por tanto no pueden arrancarle la vida a esa criatura. Visto lo visto entonces no entiendo que a Juan Pablo II se le operara de cancer de estómago en sus últimos años. Si Dios así lo había querido, ¿por qué saltarnos las leyes divinas?
Lo sé, mi argumento es demagogo y populista, ya que cualquiera de ellos podría defenderse diciendo que ellos lo único que defendían en ambos casos es el derecho a la vida. No lo niego que así sería, y es la máxima de cualquier religión (salvo algunos casos, que podrían entrar en la rama de sectas), pero entonces estoy confuso. Si es cierto que defienden el derecho a la vida de los embriones y los infantes no natos, debido a su incapacidad de defenderse o increpar por ellos mismos, ¿por qué entonces no he visto que ninguno de ellos levantara la voz por los niños palestinos? Supongo que a partir de los cinco años ya tienen voz y voto y pueden llorar sin barreras mientras su casa es bombardeada, y si no como los obispos dicen, sus padres los usaran como escudos humanos (desde luego se nota que no "deben" ser padres). Pero sigo sin entenderlo. ¿No atenta contra la "unidad familiar" el bombardear la casa de una de ellas? Supongo entonces que si mueren todos juntos no hay tal problema. Ya sabeis la familia que vive unida, muere unida.
Aún así, no lo veo claro, ¿por qué la conferencia episcopal no ha condenado estas acciones? Vale que a fin de cuentas, son morenitos, de otra "operadora religiosa" y por tanto de la competencia, no son de la misma compañia. Pero entonces, ¿dónde está el amor hacia los niños que tanto predican como palabra de Dios?
Eso si tiene fácil respuesta, está en el confesionario o en la sacristía. Aunque a mi modo de verlo, creo que lo entendieron mal cuando Cristo dijo aquello de "dejad que los niños se acerquen a mí". Pero nadie dice nada, porque a fin de cuentas les están dando su amor, el mismo amor por el que el resto de los mortales sufrimos arcadas y la mayor de las repulsiones, ¿pero que vamos a saber nosotros? Ya lo dicen ellos, es palabra de Dios

No hay comentarios: