viernes, 15 de mayo de 2009

Como un niño con partido nuevo

(Me encontré esto en la facultad. Resulta que os hacen publicidad xD)
Hoy os quiero contar mi periplo por Magdeburgo con Alberto para ir a ver el balonmano. Os lo quiero contar porque para mi fue algo muy bonito, ilusionante y sobretodo es un aporte muy alegre despues de tantos aportes serios.
Para empezar nuestro viaje comenzó en la estación de tren de Braunschweig, allí habíamos quedado Alberto y yo, tomamos nuestro tren hasta Magdeburg (1 hora y cuarto) y después bastante tiempo conversando llegamos a nuestro destino.
Para poneros en antecedentes os diré que el partido que íbamos a ver no era otro que el "Magdeburg Gladiators Vs. VfL Gummersbach". Ambos equipos siempre han sido equipos luchadores y de gran categoria en la bundesliga alemana, vamos, que venía a ser un partidazo, como un Valencia - Real Madrid mas o menos si me permitís el símil. El Gummersbach este año terminará segundo seguramente y sin mucho problema, y aunque el Magdeburg ha llevado a cabo una temporada muy irregular, en este partido se juegan la honra ya que se medían a un rival de un nivel similar.
Con todo ello, llegamos Alberto y yo a Magdeburg con algo de prisas y sin estar muy seguros de como llegar, hasta que vemos en la parada del Tram al menos 6 personas vestidas con la camiseta del Magdeburgo y decimos "Ahaaaa, esos nos van a llevar". Nos montamos en el Tram y nos lleva casi a la otra punta de la ciudad después de 10 min. en él. Enseguida divisamos el pabellón y me quedo alucinado, es enome, muchísimo más grande que los pabellones a los que estoy acostumbrado a jugar o a ir a ver partidos de balonmano en España.
Ya cardiacos y emocionados (por lo menos yo, aunque puedo aventurar que Alberto también lo estaba) nos dirigimos a la taquilla, le enseñamos nuestras entradas Made in Internet y nos da las correspondientes Made in la taquilla. Entramos y ya ahí alucino pepinillos. No es que fuese enorme hacia arriba, es que también lo es hacia abajo. El campo está como enterrado y la sensación que te da es de estar en una olla rodeado de miles de personas animando a su equipo (acompañado de la inseparable cerveza y salchicha alemana).
Empezamos a buscar nuestro asiento. Yo los había comprado a conciencia, había elegido el sitio por internet lo más cercanos posibles al campo y a buen precio (reducido por ser estudiantes), nos tiramos como 5 minutos intentando saber cual era nuestra grada y otros cinco buscando nuestra fila. Ya al final, sabiendonos cercanos al lugar donde debían reposar nuestras posaderas, decidimos preguntarle a una señora mayor que estaba en la cuarta fila. Ahí fue cuando vimos que habiamos triunfado, no sé como, aun no me lo explico pero la señora nos señaló los asientos de la primerísima fila y para nuestro asombro, si allí estaban el 132 y el 133. Con una sonrisa de oreja a oreja y mirando a todos lados esperando a que llegase un guardia y nos levantara de aquellos benditos asientos nos sentamos riendonos y disfrutando de nuestra suerte, incluso llegamos a pensar que la señora dijo que faltaba gente para jugar que nos metiesemos (ya es mucho desbarrar verdad? xDD).
Allí vimos el partido, y aunque he perdido el video más largo y mejor que tenía, os dejo los otros y por favor mirad el gol del extremo derecho del Gummersbach (los azules en el segundo video creo) es impresionante.

Calentamiento

Partido


Partido

También tuve la suerte de poder ver a Stephan Kretzschmar, siiiiiiiiiiiiii (el tio del que os hable en el anterior post del balonmano. El tío estaba allí porque este año es el segundo entrenador del Magdeburg. Se notaba que es un símbolo en esa ciudad y que dentro del equipo es muy respetado por todos los jugadores.
Aquí una fotillo (es el tio con camiseta negra y pelo largo, haced clic para verlo mejor)

También estaba el veterano, y a mi juicio uno de los salvadores del partido junto al extremo Yves Grafenhorst, Christoph Theuerkauf. Otra fotito aquí.
El partido fue reñido, reñidisimo. El ambiente impresionante, un pabellón lleno hasta los topes de alemanes que daban palmas al unísono en cada ataque de los Gladiators. Juego duro, mucho, he jugado multitud de partidos y me habian advertido de la dureza de los alemanes, pero nunca pensé que podía llegar a tanto. Varias veces dudé si según sus baremos una cosa debía considerarse infracción o no. Disfruté como un enano con los porteros, los contraataques y sobretodo con los extremos (que para algo uno conoce el mundillo jejeje). Y por último Alberto y yo nos reíamos viendo como la gente poco a poco quería comerse al árbitro (bueno no se sabía a cual de los dos de la pareja, ya que eran idénticos, gemelos vamos o_O)
A pesar de todo, y sintiendolo mucho, nos tuvimos que marchar antes de que terminara porque si no corriamos el riesgo de perder el último tren a casa. Por desgracia, así nos perdimos el más que posible linchamiento al arbitro (no paraban de gritarle "Schivo", que será un insulto pero no tengo ni idea de que significa), me quede sin la oportunidad de pedir fotos y autografos y sobretodo sin poder comerme la cabeza pensando si comprarme o no la camiseta del equipo xD.
Al final quedaron 29-26 para el Magdeburg, así que supongo que el arbitro volvió de una pieza a casa. Nosotros aún riendonos por los múltiples y variados sucesos del día cogimos nuestro tren y volvimos a casa sobrellevando la hora y cuarto de viaje con unas partiditas al mario kart. jejejee
En fin un día genial y que siempre recordaré ^^. Y es que al fin y al cabo, la tensión, el ritmo acelerado, la adrenalina, la velocidad, ...eso, .....eso es balonmano.

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