domingo, 30 de noviembre de 2008

Historia Interactiva (6)

Por fin, por fin. se terminó la sexta parte de la historia interactiva. No sabría como calificarla porque es una parte muy lenta y extensa (lo siento). Desde luego el que se lo lea tiene que tener un cierto apego a la historia porque es una parte densa, lenta y por desgracia he sido incapaz de añadirle musica porque necesitaría una filarmónica entera para decirles exactamente que querría. En fin, de calidad no se como calificarla, hasta que no la lea un par de veces más no valorare, si pido que vosotros lo hagais. Bueno sin mas ni mas aquí lo dejo.
EDITO: Como veis he cambiado un pokito el aspecto visual del blog (ancho y demas) es porque veia imposible leer bien en esas condiciones, asi que lamento que aora algunos post antiguos tengan las fotos descuadradas jejejee

6ª Parte:
Las pisadas resonaban por los lúgubres y férreos pasillos. Sam no se acostumbraba a las botas que le había dado aquel chico llamado Terry. No eran incomodas, al contrario, pero no comprendía como alguien podía haberlas ideado como ejemplo de funcionalidad. Hacía ya tres días desde que en plena noche aquel arquero la metiera en un coche contra su voluntad. En esos interminables tres días prácticamente solo había hablado con aquel galés.
-Si de verdad eres tan buena como ellos dicen, te adaptaras rápido, mientras tanto no dudes en pedirme lo que sea -Recordaba haberle escuchado.
En realidad solo se comunicaba con Terry porque era el único que le proporcionaba un asidero en lo que son las relaciones interpersonales. Si permaneces mucho tiempo callado, a veces, puedes ser capaz de escuchar (que no oír, lo cual es fácil y muchos pueden estar destinados a ello, sin llegar nunca a padecer la angustia empática del que escucha, pues es sabido que el que escucha es aquel que puede colocarse en el lugar de su interlocutor; al fin y al cabo son maneras muy abandonadas últimamente). Sam había conseguido escuchar los nombres de los cuatro sujetos que la vigilaban en todo momento, Nmeba, la torre africana, Askell, el tierno hombre rechoncho que una semana antes casi le atropella, Terry, su único interlocutor, y Shane, el extraño arquero que no dejaba de evaluarla a cada momento. Le sorprendía que dijeran sus nombres sin miedo a que ella los escuchase. A su juicio solo podía ser por dos razones, o eran nombres falsos, o debería conocer sus nombres en un futuro.
Ellos cuatro la habían transportado como si se tratase de mercancía desde Toronto hasta aquel erial que daba al visitante el mayor de los ejemplos para los sentidos y para el alma de la palabra "inhóspito". La entrada, de la que el mismísimo Ali Baba se sentiría orgulloso, no se habría con palabras mágicas, pero ni cuarenta ni cuarenta mil ladrones la hubiesen podido abrir aun poniendo toda su vida en el intento. Llamarla impenetrable habría sido un insulto hacia lo que allí se mostraba. Como si todos los dioses del Olimpo vigilaran esa entrada, si pasabas era por la simple razón de que tenías su beneplácito.
Aquel tributo al concepto seguridad había sido dejado veinte metros sobre la galería en la que se encontraban en este momento. Las paredes de hormigón incrementaban la tensión, ya de por si estratosférica, de la situación tan surrealista que la canadiense estaba viviendo. ¿Qué hacía allí? ¿Qué querían de ella? Eran las dos preguntas que más le habían asaltado en esos días. En las múltiples conversaciones con Terry, él le había dicho que no se preocupara, que no le iban a hacer nada. Que solo era un objetivo lo cual, según él, era bueno. Que si no montaba follón no tendría ningún problema. ¿Pero quién no se preocuparía en esa situación? ¿Quién dejaba su vida al aire en las manos de un secuestrador? Como era lógico había intentado escapar, tres veces para ser precisos. La primera y la segunda la detuvo Nmeba dándole claramente a entender que no quería tener que correr tras de ella una tercera vez, o por supuesto lo lamentaría. Y por supuesto que lo lamentó, pero al contrario de lo que había pensado al principio, Nmeba no la amenazaba, le estaba dando un consejo.
Todo había sucedido en el pequeño espacio puerto a las afueras de Ottawa. El tiempo estaba siendo malísimo aquella noche de furiosa tormenta de nieve. El personal trabajaba a destajo para esparcir sal e iluminar correctamente las pistas y lanzaderas del complejo. Pero aquella no era una tormenta de nieve común y corriente, era un infierno helado, era el palacio de la reina de hielo, era un pisapapeles navideño al ser movido por un niño. Sam observaba impasible el espectáculo desde la puerta del hangar donde se encontraba la lanzadera en la cual debían embarcar. A su lado Terry y Nmeba la vigilaban mientras Shane y Askell comprobaban que todo estuviese correcto. Sam sabía que si montaba en esa lanzadera se esfumaría cualquier oportunidad de escapar de las manos de sus captores, así que no dejaba de darle vueltas a un último y fructífero intento. Cuando ya parecía que no habría otra salida, uno de los camiones que por allí circulaban intentando ayudar en las tareas de acondicionamiento de las pistas, pisó una placa de hielo regalándole una última perspectiva de huida. El impacto fue instantáneo, el camión perdió tracción, intentó rectificar, pero como si nunca hubiese estado allí, rebano una de las columnas del hangar limítrofe dejándolo lisiado y convirtiendo la estructura del camión en el equivalente a una bola de papel albal de 5 toneladas. Como era de esperar, el hangar comenzó a saturarse en su propio núcleo. Las vigas caían, el ruido era ensordecedor y la tormenta decidió unirse a la pequeña devastación aumentando su potencia como niño que comprende que si sopla con más fuerza, su molinillo de viento gira más deprisa.
Nmeba y Terry hicieron algo que los humanizaba a los ojos de Sam tras esos interminables días. Su instinto animal se hizo patente y con gran celeridad fueron en la ayuda de los hombres aprisionados dentro del camión. Con dos o tres ágiles movimientos ya se encontraban manipulando acero retorcido. Sam, por su parte, tardó tres segundos en comprobar que aquel desafortunado accidente se dibujaba senda en la noche, camino en la escapada. Sus pies actuaron antes incluso de que el resto del cuerpo la siguiera. El aire, frío y cortante, le quemaba en los pulmones, las piernas se quejaban de aquella carrera que las sacaba de la monotonía, pero por encima de todo, lo peor era el viento despiadado. Este la bamboleaba como si de una hoja seca se tratase. Corría y corría sabiendo que el viento y la nieve la protegían en la distancia y de escrutadoras miradas. Corría y corría tanto como sus piernas le permitían, pero sus piernas no le permitieron ni un metro más mucho antes de lo que ella podía imaginar. Su pierna derecha no pudo mantener la estabilidad y toda ella cayo al suelo. La culpable de tan violenta detención era la herida superficial que lucía en el lado externo de su muslo derecho, no le dolía, el frío se ocupaba de ello, pero le restaba fuerza y determinación a la hora de moverse. Cinco metros más allá pudo ver la refulgente punta de la saeta que había dañado su pierna. Volvió la cabeza y con los ojos desencajados miró a Shane que se acercaba con semblante serio hasta donde ella reposaba. Cuando llegó a su altura sacó una venda de un bolsillo interior, lió la pierna con ella y mirándole directamente a los ojos le dijo.
-Entiendo que no quiera estar en esta situación señorita Lars. Pero me han encargado este trabajo y debo hacerlo, porque créame, aunque no me gusta, debo hacerlo -Shane se levantó lentamente, tendió su mano a Sam y le ayudo a ponerse en pie, para justo a continuación añadir mientras volvía a mirarla con aquellos ojos penetrantes- Sam le he dado justo donde apuntaba, así que no dude de mi puntería. El viento solo es un factor más.
Un día después de aquel extraño consejo y con la pierna mejor, a pesar de seguir vendada, Sam llegó a la puerta situada al final del interminable pasillo. Askell la abrió introduciendo un código en un pequeño terminal que se encontraba a la derecha. Las puertas se abrieron y mostraron una gran sala circular de unos cinco metros de alto y diez de diámetro. Las paredes eran solo de basto hormigón y acero, y la luz solo provenía de los gigantes fluorescentes que colgaban del techo. En uno de los cuadrantes de la sala se encontraba lo que a simple vista parecía un centro de control organizado en torno a unos pocos ordenadores y una gran pantalla que ocupaba la pared en toda su inmensidad. Justo delante de esta se erguían impertérritos un hombre y una mujer de cerca de los cuarenta que desde su improvisado atril hablaban al resto de personas allí presentes, casi una quincena. El hombre era alto, tenía el cabello moreno con ligeras canas y lucía una barba perfectamente cuidada a juego con su impoluto traje negro y zapatos del mismo color. Mantenía a cada momento una magnifica sonrisa. La mujer era de estatura media, poseía un cabello rubio muy lacio y miraba inquisitivamente a través de unas gafas de pasta roja. Vestía un conjunto de dos piezas de color gris marengo con unas ligeras hombreras, las cuales la envejecían y le daban más seriedad de lo que en principio seguramente había buscado. Cuando vieron entrar a los últimos cinco visitantes el hombre giró su cabeza y con una amplia sonrisa se dirigió a sus nuevos invitados.
-Buenos días señorita Lars. Quisiera presentarme antes de contestar todas sus preguntas que sospecho son muchas. Todos aquí me conocen como Cooper y ella -dijo mientras señalaba a su compañera femenina de atril- es Katrina. Y bueno al resto de los presentes los ira conociendo poco a poco -Terminó sin borrar su constante y "estúpida", a ojos de Sam, sonrisa.
Sam miró a la concurrencia, de los cuales solo reconoció a la mujer llamada Hannah y al tal Henry a los cuales pudo conocer el día de su rapto.
-No me has dicho tu nombre -Espetó Sam con tranquilidad.
-¿Cómo?
-Me has dicho que te conocen como Cooper, pero no me has dicho tu nombre.
-Je je je, es cuestión de seguridad. Mi seguridad puede residir en el conocimiento de mi identidad.
-Pues a mi no me parece justo. Ustedes saben todo de mí, pero yo no sé nada de vosotros.
-Sé que es injusto, pero dada la situación, usted podría hacernos mas daño a nosotros conociendo nuestro nombre, que nosotros a usted. En fin no quiero eternizarme en este asunto. Por favor siéntese y las preguntas serán contestadas -Sam se sentó aun airada en una mesa junto a una mujer de origen oriental- Bueno, a pesar de que aun faltan tres miembros voy a comenzar. Algunos ya sabéis que hacemos aquí, otros por el contrario no tenéis ni idea -Otra vez su mirada se posó sobre Sam- Digamos que aquí estamos para mantener el correcto funcionamiento del mundo que nos rodea. Es decir, todos hemos pensado alguna vez, ¿por qué no cambiamos la realidad? ¿Por qué no hacemos algo mejor? En resumen, ¿por qué no mejoramos el planeta? No podemos dejar que se cometan distintas atrocidades. Seguro que muchos de vosotros lo habéis visto así. Seguro que muchos habéis querido hacer algo al respecto pero nunca habéis sabido como o de que forma podíais ayudar. Yo os ofrezco ahora la forma de que todo esto se convierta en un objetivo con causa, en un paso hacia adelante, en un bosquejo de solución. Me plantee hace ya unos años de que forma podía realmente ayudar y llegue a la conclusión de que debíamos hacerlo de forma directa, sin tapujos, sin medias tintas. Y algunos de ustedes se preguntarán, "¿qué hacemos entonces aquí?". Créanme los hemos elegido porque son realmente buenos en algún aspecto que nos es necesario para llevar a cabo esto. Algunos ya lo sabrán, otros ni siquiera se lo imaginarán. Pero es cierto, los elegimos porque son buenos y necesarios para ayudarnos a que este mundo sea un lugar mejor. Porque son un grupo de personas lo suficientemente buenas para ayudarnos a construir un futuro con garantías, a que todo lo injusto y cruel vaya poco a poco desapareciendo. Algunos de ustedes pensaran que esto es una utopía, no les voy a engañar, no es tarea fácil y como ya imaginarán no podemos anunciarnos como si de un negocio se tratara. Operamos en la sombra, por tanto el contacto con sus familiares será debidamente controlado. Pero al final todo habrá valido la pena. Recibirán un gran pago por los servicios prestados y podrán irse a dormir sabiendo que han ayudado a que gente necesitada tenga una oportunidad. Por favor, discúlpennos por las formas en que les hemos arrancado de sus hogares, pero como ya les he mencionado no podemos dar pistas de nuestra existencia puesto que si no determinadas organizaciones intentarían frenarnos en nuestros proyectos, y como ven el factor sorpresa es algo que nos beneficia. Va a ser un camino duro, en el que tendremos que luchar con todas nuestras fuerzas, pero unidos sabremos como actuar con sentido común y convicción -Con una sonrisa de medio lado volvió a suplicar perdón por la forma de actuación y le dio la palabra a su compañera Katrina.
-Después de esta breve explicación de Cooper os tengo que decir que si tenéis alguna duda o solo queréis hablar podéis hacerlo con nosotros. Cada cual compartirá habitación con otro compañero, los dormitorios están siguiendo las líneas verdes indicadas en la pared. La distribución de habitaciones está hecha y vuestro nombre está colocado en la puerta de vuestra habitación. Se que aun hay muchas dudas y muchas inseguridades, pero por favor les pido que lo mediten durante un tiempo antes de tomar cualquier decisión, ya que se pueden ir en el momento que deseen. Todo lo que deben saber en este momento es que mañana empezarán su aprendizaje como miembros de este grupo así que sin más que decir ocupen sus habitaciones, descansen y mañana empezarán a demostrarnos de que son capaces.
Todo el mundo empezó a levantarse y a dirigirse aun no muy seguros a las habitaciones. Sam intentó volver a interrogar a Cooper y Katrina, pero estos le comentaron que mañana todo le sería revelado. Maldiciéndolos se dirigió a su habitación, la cual compartía con una chica británica de piel oscura y pelo rizado llamada Karen y que le dijo que ella había sido una de las personas que había intentado atraparla en Toronto, añadiendo para su descripción de los hechos "Jeje eres una cabrona muy escurridiza, desde luego eres buena". Le sorprendió que en aquella habitación habían colocado todo lo necesario para ella, enseres de higiene, ropa, libros, música, etc. Tardó mucho en dormirse pensando aun en todo lo ocurrido.
Al día siguiente se encontraba en la representación de un patio japonés mirando escéptica a un hombre que les decía que formasen al tiempo que su cabeza se preguntaba donde se había metido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ei pequeño litos! Siento no tener esto mas al dia pero ultimamente ni m acerco al ordenata. Estube leyendo todas las cronicas atrasadas k uff por lo menos eran desde octubre xDD pero la historia interactiva necesita su tiempo asi k estoy por imprimirla y leermela entre clase y clase.
:D Espero que todo te siga muy bien! mil besos wapo y nos vemos MUUUU pronto!!

litospk dijo...

Ola preciosa jejeje. Se agradece que al menos postees, que llevaba miles sin saber de ti ^^. Para lo de la historia interactiva tienes un enlace para descargartela, aunk no se si ira, jejeje. En fin yo tambien tengo muchas ganas de verte, a ver si un dia te llamo a casa que ya sabes que los fijos me salen gratis ^^
En fin cuidate muxo pekeña cierbecillou bss

Lugilde dijo...

Ese Litosss vuelve el fan número 1!! jajaja

haber no es por criticar pero historia interactiva mas contionua jeje q sino hay q leerse las partes otra vez y el tiempo es oro xD

la sexta parte es algo lenta pr esta todo bn descrito al detalle me distes fuerzas xa chapar asi q voy a ello ejje

1 abrazo