sábado, 20 de septiembre de 2008

Historia Interactiva (2)

Akí teneis la segunda parte, ya sabeis, opinad, que para algo es interactiva, y eso significa que acepto sugerencias y alteraciones de guión. No estoy muy seguro de la calidad de lo escrito esta noche, pq ha sido un poco de bulla y corriendo, por las ganas de terminar esta parte, así que a lo mejor retoco algunos detalles, puesto que creo, que esto es uno de esos casos, en que las cosas no deben hacerse rápido.
Besos gente, cuidaros mucho



2ª Parte:
Nadie hablaba, nadie se movía; el único indicio de actividad que se podía adivinar dentro de la cabina de aquel coche marrón, era el constante martilleo de los dedos de Terry en su propio labio. Estaba nervioso, no todos los días hacía algo así. Hace una semana, estaba en su Cardiff natal haciendo footing, y ahora, se encontraba a miles de kilómetros, vigilando los movimientos de una joven canadiense. En esta semana, se había repetido más de mil veces que todo aquello era una locura, pero a veces, las locuras son grandes oportunidades. Normalmente, tenía problemas para acatar las normas, pero este no era el caso. Aquel tipo sentado en el asiento del copiloto le daba libertad, y desde luego, se veía que sabía lo que hacía, y eso, para Terry, era toda la seguridad que necesitaba.
Terry nunca había sido un tipo tonto, es más, se podría decir que era demasiado listo. De pequeño, siempre ganaba a los juegos donde la inteligencia jugaba un papel importante. Su secreto, era tan solo, que podía intuir rápidamente, que estrategia convenía en cada situación. Y eso es lo que él admiraba de ese tipo. Por lo general, cuando había alguien al cargo, solía ser un idiota de mucho cuidado, que si no metía la pata, era por la sencilla razón, de que todo estaba medido al milímetro antes de entrar en acción. Pero lo que proponía esta gente era algo muy distinto. Si todo era cierto, en un mes, su vida podía cambiar mucho, y eso le gustaba.
Los minutos pasaban, y él empezaba a impacientarse. Los demás parecían tan tranquilos, que eso le ponía más nervioso. Necesitaba un cigarro, pero recordaba perfectamente lo que les había dicho el copiloto.
-Mientras estemos en el coche nada de cigarros, mecheros o cerillas. Eso destroza la visión nocturna, y os necesito atentos y SANOS. Sobretodo tu Askell, cada día estás peor.
Desde luego tenía razón, parecía como si Askell fuera a morir en cuanto subiese una escalera. Y aunque demasiado impulsivo, aquel hombre demostraba que la veteranía era un grado. Aún no se podía decir que tuviese una gran relación con sus compañeros, pero desde luego confiaban en él, y eso también era digno de valorar.
Ya estaba a punto de morir de infarto, cuando apareció lo que llevaban tanto esperando. Era una furgoneta negra sin ventanas, con el parachoques abollado, probablemente tan fácil de cambiar, como lo eran las pegatinas y matrícula que tenían ellos. Lentamente, se fue acercando hasta quedar parado a unos cinco metros. Al instante, sonó un pequeño Intercom en el interior del coche, que el copiloto contestó con la mano derecha.
-Riyatho al habla. Hola Henry,…, de acuerdo, pero déjanos entrar primero, solo necesitamos cinco minutos… Ya sé cual es la situación, pero no queremos cagarla… No, escúchame tú a mí, no quiero que tus gorilas entren ahí dentro y pongan todo patas arriba, no quiero tener a todo el vecindario encima, y sobretodo no quiero aparecer mañana en el periódico… -Tras estas palabras se hizo un largo silencio. Se notaba que Riyatho estaba furioso y no confiaba para nada, en la gente de la furgoneta- Ok, cinco minutos, no necesitamos más.
Riyatho colgó el Intercom y se volvió hacia sus hombres.
-Señores, tenemos cinco minutos para hacer lo que debemos. No perdamos el tiempo.
Tras estas palabras, todos, excepto Askell, abandonaron el coche. Nmeba y Terry tomaron el camino que llevaba a la puerta trasera de la casa, mientras que Riyatho, se quedó apoyado en la puerta, como si estuviese esperando a alguien. Aunque la situación parecía totalmente natural, Riyatho estaba intranquilo. No paraba de controlar el tiempo que tenían y de repetirse a si mismo “cinco minutos, vamos, no necesitamos más”, pero, ¿y si, sí necesitasen más de cinco minutos? Si esos descerebrados entraban en acción, todo el trabajo por intentar ser discreto, no habría valido de nada. Echó un nuevo vistazo al camino que habían tomado Terry y Nmeba, y se dijo que debía confiar en su equipo.

--------------------------------------------------------------

Sam, no podía dormir. Llevaba cerca de veinte minutos intentándolo, pero era imposible. Con este frío, su codo antiguamente lesionado, le dolía con insistencia. Decidió levantarse, acercarse a la cocina y tomar algo para aliviar el dolor. Se puso sus zapatillas de casa y salió de la habitación sin siquiera encender la luz. A oscuras, atravesó la casa hasta llegar a la cocina, abrió el cajón de las medicinas y buscó un vaso de agua para poder tomarse el ibuprofeno que sostenía en la mano. De repente, empezó a escuchar un ligero ruido, que provenía de la puerta de atrás. Claro, ahora entendía todo; los sujetos del coche debían de ser ladrones que querían vigilar la zona. En silencio, fue hasta el armario del lavabo, apartó los trastos viejos, la fregona y su arco, y cogió el antiguo stick de hockey de su hermano. Se planteó coger el arco, pero le parecía demasiado agresivo para unos simples rateros.
Volvió a la cocina corriendo y se apostó tras el frigorífico, a la espera de que entrase el ladrón. “¡Click!”. Ese fue el único sonido que anunciaba que la puerta estaba abierta. Poco a poco, un corpulento hombre fue entrando, pero justo antes de que pudiese meter el pie más retrasado en la vivienda, un stick le golpeó violentamente en la cara. Cayó como un peso muerto sobre la entrada trasera. Al instante, Sam le volvió a golpear, pero se sorprendió al darse cuenta, de que el corpulento hombre no estaba solo; había un chico atlético que le acompañaba, quién al ver a Sam, intentó entrar también en la casa. Normalmente, los ladrones salían corriendo si los dueños los pillaban en medio de la faena, y por lo general, primero entraba solo uno, que era el que daba el visto bueno a la situación y avisaba a sus compinches.
Pero en este caso, era justo al reves; le plantaban cara, lo cual podía significar que eran agresivos y esto la dejaba en clara desventaja. Si solo hubiera uno, podría intentar reducirle y posteriormente, avisar con tranquilidad a la policía. Pero esto, ahora, se volvía difícil de realizar. Empujó la puerta, tratando de cerrarla con la mayor celeridad posible, pero en seguida, se encontró con que el joven seguía tratando de entrar y tenía más fuerza que ella. En ese momento, su mejor opción era salir de la casa e intentar avisar a los vecinos para que le ayudasen, o por lo menos, que avisasen a la policía.

El joven asomó la cara por la puerta mostrando sus manos desnudas, lo cual, le dio a Sam la oportunidad de golpearle. Tras esto, salió corriendo en dirección a la puerta principal, pero justo cuando ya la alcanzaba, una figura enorme con ropa de asalto, tiró abajo la puerta. Con un grito de sorpresa le lanzó el stick al nuevo visitante. Esto era una locura, no podía ser verdad, ¿qué demonios ocurría? ¿Quién era toda esa gente? Corrió hacia la ventana que daba al patio de la señora Peterson, mientras a lo lejos podía escuchar a la enorme figura diciendo.
-¡Ah! ¡La muy zorra me ha lanzado un stick a la cara! Está despierta, utilizad los tranquilizantes.
¿Tranquilizantes? No podía ser verdad, ¿por qué demonios quería esa gente atraparla? Justo cuando terminó ese pensamiento, un dardo se clavó con fuerza en el marco de la ventana que quería atravesar. Saltó al exterior, en el momento indicado para que otro tipo vestido de asalto no pudiese agarrarla. Y otro dardo que se clavaba en la valla exterior. Un tercer tipo corría hacia ella, desde la puerta delantera gritando.
-¡Ven zorrita, enséñame las uñas!
Sam giró sobre sus talones y se dirigió a la parte trasera. Ya estaba desorientada, solo sabía que debía correr lo más lejos posible de esos sujetos. Cogió el rastrillo de jardinería y lo lanzó, impactando en la cabeza de su perseguidor, lo cual, provocó que este se pusiese las manos en la frente y cayese al suelo. Parecía que iba a conseguir huir. Ya solo le faltaba saltar la valla trasera, cuando una flecha se clavó a unos diez centímetros por encima de su mano derecha. Intentó cambiar de dirección, pero otra flecha volvió a cortarle el paso. Dada por vencida, miró al arquero que la había inmovilizado, el cual, se encontraba apostado en el techo de la caseta del jardín.
-Señorita Lars, si no quiere que ocurra nada malo, será mejor que se entregue pacíficamente y venga conmigo –Comentó el arquero mientras seguía apuntándo.
-¿Cómo? ¡Yo no pienso ir con nadie, estáis intentando raptarme!
-Si no es conmigo, esos otros hombres le atraparán, y le aseguro que no son tan amables como yo.
-¿Qué coño estás…?
-No hay tiempo señorita Lars. Va a venir con nosotros quiera o no, la única diferencia es la compañía que desea tener durante el viaje. Y le aseguro que no son esos hombres –Sam sabía que estaba arrinconada y no encontraba ninguna posible salida. Dos más, de esos sujetos de asalto, salían en ese momento por la ventana, la miraron y corrieron hacia ella. El arquero también se había dado cuenta. Rápidamente cambio el gesto y con cara de súplica dijo- Por favor, confía en mí.
Sam no podía contestar, solo hizo un leve movimiento de cabeza asintiendo. El arquero saltó de la caseta y les corto el paso a los dos individuos.
-¿Qué coño haces Riyatho? -Gritó una mujer uniformada.
-Ella viene conmigo, Hannah –Respondió el arquero firmemente.
Pocos minutos después, Sam se encontraba en el asiento central de aquel coche, el cual había visto tres veces en los anteriores días. No sabía que sería de su destino, no sabía lo que quería esa gente; solo sabía, que la única elección que había podido tomar, era ir sentada en aquel coche.


7 comentarios:

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Estas entregas por fascículos me recuerda a cuando antes, algunos escritores publicaban trozos de sus novelas (capítulos) en el periódico^^

Hum hum...lo que no dejo de preguntarme es acerca del porqué del interés de los "men in black" en Sam XD Bueno, ya se irá viendo :P

Aunque no es mi género de lectura preferido (yo love sci-fi) esta puede ser una buena oportunidad para leer algo distinto, siempre y cuando decidas (que lo espero) llevar tu proyecto adelante.

Abandono este mundo, estoy a punto de la muerte cerebral tras un fin de semana pantanoso (yo love too much dormir) ^^

Anónimo dijo...

ups k paso con ese comentario suprimido¿?

dios por mi salud escribe la historia mas amenudo porque de una vez pa otra se m van los detalles ( nombres y esas cosas...)

vivo con curiosidad....

i love you :)

Anónimo dijo...

sorry hoy no tengo la cabeza pa una critica xD


por cierto kiero un helado asi pero de chocolate y limon!!!!

litospk dijo...

Jejejeje
No se lo que paso con ese comentario. Esa fue Irene que no se que haría para que se lo suprimiera el sistema solo jejejeje
Bueno hoy después de una gran siesta prometo que voy a volver a escribir
jejeje
Besos a todos

Lugilde dijo...

Mola mazo eso de pensar en atacar cn un arco a unos ladrones jeje..xcierto la Sam esta tie wena punteria xk ya debe pesar unr astrillo xa lanzarlo y atinar jeje

litospk dijo...

Si la verdad es q lo del arco esta cogido con alfileres
Pero lo del rastrillo, seria un pekeño rastrillo de jardin hombre, no uno grande