martes, 7 de octubre de 2008

Historia Interactiva (4)

Bueno, aquí está la 4ª parte por fin. Espero que os guste, no es una maravilla, pero bueno está documentadilla y no ha salido mal del todo. Como Spoiler os diré que (lo pongo en blanco, para el que no lo quiera leer, para leerlo seleccionar con el ratón el reglón siguiente)
Se acabó la parte de reclutamiento y rapto de gente
El Spoiler está aquí encima
En fin, como alguién me recomendó, en una de las pocas sugerencias que he tenido, añado una canción a este capitulo para ambientar la acción. En este caso he elegido una canción algo durilla y que podemos suponer que es lo que suena en el local.
La canción es:
Voodoo People de los Prodigy.
Enlace : http://www.deezer.com/#music/result/all/voodoo%20people%20Jilted
En fin, que os guste y lo mismo de siempre, opinad por favor.
PD: Las fotos como veis son del Oktoberfest

ACTUALIZADO: He reescrito la historia, después de comprobar que tenía muchos fallos.

4ª Parte:
Pasaban las cuatro de la tarde, pero en aquella habitación no entraba ni un rayo de luz. Gracias a dios, el sistema de ventilación era lo suficientemente potente, como para que todo el humo que desprendían los cigarros de los allí presentes, desapareciese sin acumularse en aquel sotano. Éste, era grande y alto. Tenía tapiadas las ventanas que daban a los lindes inferiores de la calle, y para contrarrestar la falta de luz, estaba totalmente iluminado de fluorescentes, bombillas de luz negra, halogenos y gran cantidad de pintadas fosforescentes. Además, por alguna extraña razón, a los cientos de jugadores que se hacinaban en los multiples puestos allí colocados, les gustaba ese ambiente; que junto con una música atronadora por todo el local, les proporcionaba toda la ambientación necesaria para disfrutar de sus matanzas virtuales.
En una esquina protegida de la luz de aquellos halogenos azules eléctricos; recostado en su silla, se encontraba un joven de algo menos de treinta años. Tenía el pelo corto y pajizo. Lucía una tenue barba medianamente cuidada, que le recorría el rostro desde el el mentón hasta las patillas. Sus cara mostraba unas profundas ojeras debidas al insomnio y su piel era pálida por la poca luz solar recibida. Tecleaba su ordenador con endiablada velocidad, se recostaba, daba una calada al cigarro, meditaba sobre que estaba haciendo, y volvía a teclear. Tan ensimismado se encontraba que no reparó en los 2 sujetos que lo observaban al otro lado de la habitación. Eran un hombre y una mujer que charlaban en la puerta, sin alzar demasiado la voz. Ella, debía medir poco menos del metro setenta, tenía la piel de un color caramelo, llevaba unas gafas de pasta verde y vestía unos vaqueros, una chaqueta de cuero negro y una camiseta, donde se representaba, un Smiley con un agujero de bala en la cabeza y el mensaje "Smile Now". El hombre era bastante grande y su piel sugería que era del norte de Africa o Medio Oriente. Sufría de sobrepeso, y lo demostraba en su andar ligeramente patizambo, aunque su altura redujese la impresión. Vestía unos vaqueros anchos y una camiseta verde, bajo una camisa de leñador.
El joven de la esquina había terminado su paquete de cigarrillos, así que se levantó de la silla y atravesó todo el corredor hasta las escaleras de salida, no sin antes, estar a punto de chocar con un tipo gigante con camisa de leñador. "Joder con la gente ¿Para qué demonios se coloca en la puerta? ¿No te das cuenta de que entorpeces el paso, capullo?". Pensó Luke para si mismo.
Subió las escaleras a grandes zancadas hasta llegar a la calle, y pronto comprendió, con el abrazo cálido del Sol, que sus ojos llevaban demasiado en la oscuridad de aquel sótano. Se pusó sus gafas de sol y se encaminó a la pequeña tienda que se encontraba en la esquina entre ventidos y la novena.
En el camino, Luke seguía dandole vueltas al problema que lo tenía tan ocupado últimamente, y solo levantaba la mirada cuando alguna mujer pasaba por su lado. Entonces su estrategía era siempre la misma.
-Estoy seguro de que te dijeron que Nueva York era la ciudad más maravillosa del mundo, pero seguro que no te contaron que mi dormitorio es el centro de Nueva York.
Aunque la respuesta si podía ser distinta.
-¡Vete por ahí capullo!
-Ni en sueños pringado
O incluso alguna agresión física que no dejaba en muy buen lugar a Luke; claro está, todo acompañado con la expresión que mostrara más disgusto por parte de la fémina. Aunque siempre daba lo mismo, Luke seguía caminando con su típica sonrisa de medio lado, intentando convencerse a si mismo de que era un triunfador.
Después de unos días de lluvia, Nueva York estaba recibiendo una tormenta indiscriminada de Sol. A Luke le gustaba recibir la inconfundible caricia de aquella gran bola incandescente, pero aquellos días, se asemejaba a la mayor de las perversiones de un masoquista.
Con dos paquetes de cigarrillos en los bolsillos, volvió hacia el lugubre sotano, sumando dos encuentros infructuosos más en el camino de retorno. Se sentó en su sitio de siempre, y prosiguio con su trabajo, justo por donde lo había dejado. Pero algo ocurrió, a los pocos minutos de estar tecleando, un terminal se le abrió de repente y sin razón aparente. Luke pensó que simplemente había tocado levemente algún icono sin darse cuenta, así que lo cerró y prosiguió con su tarea. Peró el terminal volvió a surgir a los diez segundos. Luke, como cualquier profesional acostumbrado a trabajar con un ordenador, sabía que eso ya no era normal. Como poco sería un virus, pero él no era un usuario normal, no era tan fácil colocarle un código malicioso y que él no se hubiese enterado, y esa imposibilidad era lo que le ponía nervioso, ¿si no era un virus? ¿Qué o Quién era? En un instante tuvo la respuesta. En el monitor apareció un mensaje.
T:"Hola Luke".
-¿Qué coj...? -Luke se puso a escribir de inmediato en su ordenador.
L:"Quien ers?"
T:"Soy l fantasma d navidads pasadas"
L:"Q?"
T:"No, s broma"
L:"Kien coño ers?"
T:"Soy l represntant d prsonas q stan intersadas n ti"
L:"n mi? pq?"
T:"Weno, nos a imprsionado tu soltura cn ls ordnadors"
L:"Xo si yo no se hacr nada cn l ordnador, solo s scribir informs y poco mas"
T:"Luke..., por favor, no m toms x tonto, e ntrado n tu sistema x algo"
L:"Ok xo para q m kereis?"
T:"Ncesitamos alguien dotado cm tu"
L:"As ntrado n mi sistema sin q m diese cuenta. Pq m ibas a necsitar"
T:"Si, no t lo niego, a mi tb se m dan bien. Xo quizá ncesitemos a mas d 1"
L:"Y pq yo?"
T:"Pq tu ers la mjor opcion q tnemos, no stas fichado, no tiens contacto cn tu familia ni tiens pareja stable"
L:"Quiers dcir q m kreis pq soy el tio mas solo d sta puta ciudad?"
T:"Digamos q nuestro primr rquisito s q sepas acer mas cosas q jugar al ordnador o chatear, y a partir d ai, si, buscamos al tio mas jodidamnt solo q podamos ncontrar"
L:"Y kiens sois vosotros?"
T:"X dsgracia no puedo dart nombrs asta star seguro d q stas con nosotros"
L:"Y para q ncesitais mis srvicios?"
T:"Luke, creo q al igual q yo, sabes prfectamnt q no puedo dcirte sto por aki, no es nada seguro"
L:"Ntonces si no se nada de nada, como speras q t diga q si?"
T:"Pq somos tu gnio de la lampara"
L:"Q kieres dcir?"
T:"Kiero dcir q t podmos consguir lo q kieras, no solo dinero, si no LO Q KIERAS"
L:"Pued q tnga objtivos muy elvados"
T:"Pued q tngamos muxas xpectavivas puestas en ti"
Luke no se fiaba, ¿quién demonios lo haría en esa situación? Pero sabía que a veces, las grandes multinacionales cazaban talentos de formas bastante agresivas.
L:"Ntonces q debo hacer?"
T:"Sal dl local, ve al cayejon trasero, y ntra n l furgon azul q ay aparcado"
L:"Como se q puedo fiarme?"
T:"No lo sabs. Solo tiens q mirar asta dnd yega tu curiosidad. Hasta ahora ;)"
El terminal se cerró y Luke se quedó evaluando la situación. ¿Quién coño se creía que era ese tipo? ¿Hasta donde llega mi curiosidad? Yo te diré donde llega. Llega a que mi madre me enseño a no fiarme de los extraños. Será capullo. Además con el rollo místico. No puedo decirte quien soy, ni a que me dedico, solo puedo decirte que "soy tu genio de la lámpara".
Poco a poco, notaba como la sangre le subía a la cabeza de la rabia. Así que después de lanzar varios improperios más, tanto para si mismo como en voz alta, cogío su cazadora y se dirigió al callejón trasero para decirle claramente a ese "genio de la lámpara", que no quería nada de él. Vió a lo lejos la furgoneta azul y andó despreocupadamente hasta llegar a su lado, pensando el discurso que le soltaría a esos sujetos.
Tomó el picaporte de la puerta, miró dentro, pero la oscuridad no le dejaba ver, así que trago saliva y entró.
-¿Hola? Yo quería decirl....
Peró en el momento en que estuvo dentro, las puertas se cerraron y se vió ante una, recien iluminada, sala de control con un pequeño ordenador conectado a un amasijo de cables.
-¿Qué coño? -Luke se preguntaba si realmente no estaba deseando que ocurriese algo así, pero no tuvo mucho más tiempo para pensar, porque al instante una voz femenia surgió de un pequeño altavoz
-Hola Luke, veo que finalmente tu curiosidad es bastante elevada.
-¡Ajá! Sabía que eras una tía desde el momento que pusiste un guiño en la despedida. Por cierto, porque no vienes aquí y hablam...
-No, por favor -Luke podía imaginarse la expresión de la chica mientras decía aquello, lo había visto demasiadas veces- En fin, me alegra que estés con nosotros.
-Bueno, en realidad venía a decirte que paso de vuestra oferta, pero si tu quieres reconsiderar la mía -A pesar de saber de antemano la respuesta, este chico era demasiado persistente.
-Creo que me reitero en mi elección, y siento decirte que es un poco tarde para echarse atras, así que te explicaré las reglas del juego.
-Ey, ey, ey, ¿qué maldito juego?
-Esta furgoneta está llena de explosivos, conectados a un disparador, el cual está conectado a ese ordenador. Tienes en esa memoria USB copias de todos tus programas, saltaclaves, algoritmos de fuerza bruta, divide y venceras, greedy, heurísticos, etc. Pues bien, tienes tres minutos para evitar saltar por los aires y el tiempo empieza ¡YA!
-Ey, ey, ey. ¿De qué coño hablas?
-Yo me daría prisa, te quedan dos minutos cincuenta segundos. Mucha suerte -Y con ese alegre comentario el altavoz se apagó y Luke se maldijo a sí mismo por ser tan idiota, y empezó poco a poco a odiar a aquella chica que lo había convencido. Pero a quién quería engañar, él era quien había entrado en la furgoneta.
Luke se puso a toda prisa a machacar el teclado, y se dijo a si mismo que si solo le habían dado tres minutos, era porque encontrar la solución era fácil, pero cuando llevaba treinta segundos allí sentado, pudo reconocer la cruda realidad. No era sencillo, no era fácil, ni siquiera era normalito, era bastante complicado, y según sus cálculos ya solo le quedaba un minuto y medio. El tiempo se agotaba, sus manos y su frente sudaban, el aire en aquella furgoneta se iba acabando y las paredes eran cada vez más estrechas. Siempre se consideró un tipo listo, y le gustaba aprovecharse de los que él creía más tontos, pero ahora él había sido el tonto, y se estaban aprovechando de él. Ya no pensaba, actuaba por instinto buscando un resquicio, una orden, bandera o señal que mandarle al disparador, para que parase aquella maldita cuenta. Parecía que ya lo tenía, era arriesgado pero podía ser, ¿lo tenía? No estaba seguro de ello. ¿Si? ¿No? ¿Si? ¿No? Si no lo mataba el explosivo, lo haría que su corazón se parase. Pulsó la última tecla y vió como el contador se paraba en 12 segundos.
-Bien hecho Luke, justo como esperabamos de tí.
-Jodete, dejame salir de aquí, yo me largo maldita psicopata. Seguro que esto lo haces porque eres una reprimida que le falta sexo y te dedicas a explotar a gente con más exito que tu para reafirmarte.
-Tal vez podrías trabajar de psicoanalista Luke, pero veo difícil que te marches ahora.
-¿Cómo que no? Me largo ahora mismo, dejame salir de aquí puta loca.
-Creo que no, ahora eres incluso más valioso que antes.
-¿Qué? -Tal cual terminó la frase, notó como la furgoneta arrancaba y se ponía en marcha
Treinta minutos más tarde, y después de haber gritado todo lo que quería, Luke se encontraba tumbado en el suelo aquella pequeña habitación móvil. Estaba seguro de que aún le escuchaban, así que realizó la pregunta que le estaba mortificando.
-¿Puta?
-¿Porque no pruebas a llamarme por mi nombre, o señorita, o algo así? -Contesto la dulce voz de la interlocutora.
-Nunca
-Entonces nunca tendras respuesta.
-De acuerdo, señorita...
-Oberto
-...Puta. Estoooo... Vale que para poner a la gente en situación este numerito está muy bien, pero, ¿no hubiese explotado, verdad? Solo me habríais mandado a casa porque no era lo que buscabais.
-¿Y quién dice que no? Señor Gilipollas.
-Me encanta cuando me dices cosas bonitas. En fin Puta, muy bonito el número en plan mafia, pero ya en serio, ¿no hubiese estallado, verdad? Hubieseis perdido un coche.
-Gilipollas, disfruto machacándote y por si no lo recuerdas, un genio de la lámpara no necesita coche - Tras estó Luke se quedó callado. No sabía si lo decían en serio o no. Aunque por otro lado había otra cosa que le preocupaba, puesto que estaba vivo, y era, ¿dónde coño acabaría su pobre portátil después de haberlo dejado en el local?

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