viernes, 17 de octubre de 2008

Historia Interactiva (5)


Bueno por fin la 5ª parte, siento haber tardado tanto, pero estuve liado durante la semana. Pero bueno, como lo prometido es deuda, esta parte viene con regalo. Como ya le dije a alguna gente, estos cinco primeros capitulos vienen en un chachi pack todos juntitos, con la música para cada uno de ellos.
Este es el link:
http://www.megaupload.com/?d=W4VM32DP
Es posible q alguna canción no os cuadre, pero os aseguro que a mi si jejeje. En fin espero que os guste. Como ultimo apunte, vista la poca participación por vuestra parte, os propongo algo. Después de leer cada capítulo, proponed un posible titulo para este, yo los revisare y le dare el visto bueno al que considere el mejor, y anunciare cual será cuando publique el siguiente.
En fin un beso a todos y espero que os guste, este creo que está mejor que el anterior.
La música elegida para este capítulo es:
"Hear your voice" de Shay Mane
y el link es este
http://www.deezer.com/track/hear-your-voice-T928153#music/result/all/hear%20your%20voice
Bueno alla vamos.

5ª Parte:
La ciudad lucía preciosa desde aquel gran balcón. Parecía como si se hubiese puesto sus mejores galas para la ocasión. La mujer que se apoyaba en la barandilla se deleitaba con la hermosa visión del río a sus piés, mientras apuraba los últimos sorbos de su cocktel. Era una mujer de altura media y tenía un precioso pelo de un característico color rojizo; tanto era, que si se miraba durante un atardecer parecía que estuviese en llamas. Vestía un bonito vestido de gasa color caramelo, que llegaba hasta la rodilla y, salvo por lo que pudiese ocultar su densa melena, dejaba al descubierto la espalda. Y esa era la zona donde el hombre con el que compartía su habitación, fue a depositar un beso. La rodeo lentamente con sus brazos y volvió a besarla, esta vez en el cuello.
-¿Cómo va la cena? -Preguntó la mujer mientras se movía al son de la música que provenía del interior de la habitación.
-Le faltan un par de minutos.
El hombre era alto y atlético, su cabello era corto y poseía un tono castaño oscuro casi negro. Vestía un traje negro con camisa blanca pero no llevaba puesta la corbata, sino que esta reposaba sobre el respaldo de una de las sillas de la habitación, junto con los abrigos de los dos amantes.
-Bangkok esta genial en esta época del año, y las luces reflejadas en el río hacen que esté preciosa -Comentó la mujer mientras se daba la vuelta, rodeaba al hombre por el cuello y apoyaba su cabeza en el pecho de él.
-Tú, si que estas preciosa -Le acarició levemente el pelo y siguieron bailando suavemente durante unos minutos.
-Creo que el par de minutos ya han pasado, cariño -Le dijo la bella mujer al tiempo que se separaba de él- Vamos, me habías prometido una gran cena, ¿eh?
El hombre sonrió y se encaminó a la cocina. La mujer por su parte, se quedó unos segundos observando la increible visión, sonrió y se dirigió al interior de la habitación, mientras intentaba grabar aquella imagen en la memoria, pues sabía, que tardaría mucho en volver a gozar de momentos como aquel. Cogió los abrigos y los colgó en el perchero de la entrada, fue hasta el armario del comedor y eligió uno de los siete juegos de manteles que poseía la ostentosa habitación de aquel hotel de cinco estrellas y fue poniendo la mesa en la que iban a cenar.
-No, no, no. Hemos quedado que hoy me encargo yo de todo, y eso incluye la mesa, las velas, el vino y todo lo demás -Espetó el hombre desde la cocina.
-¿Ah sí? ¿Y qué es todo lo demás? -Preguntó pícara la mujer mientras levantaba su ceja derecha y sonreía.
-Eso ya te lo contaré luego, pero por ahora mantente alejada de las velas.
-Je je je, vale vale, de acuerdo -La mujer se sentó en la silla con sus manos sobre sus rodillas de forma que él hombre la viese desde la cocina.
-¿Qúe estas haciendo? -Preguntó mientras se reía.
-Ser buena, ¿no lo ves? ¿O no es eso lo que querías?
El hombre volvió a reir, cogió la cubitera donde estaba enfriando el vino y junto con los vasos, la llevo hasta la mesa donde la mujer esperaba.
-Señorita... Disculpe, ¿cómo dijo que se llamaba?.
-Minzzetti, Laura Minzzetti.
-¡Oh si! Disculpe señorita Minzzetti. En un minuto está su cena lista.
-A ver si es verdad, porque eso me dijo hace cinco -Exclamó la mujer llamada Laura con gran teatralidad, tras lo cual ambos rieron. Entonces, la mujer recordó algo- Iker, entonces, ¿dónde me has dicho que está Shane?
-Pues según me dijo Hank, está en Toronto, con Askell, Nmeba y el otro chico, el nuevo, ¿cómo se llama el galés?
-¿Terry?
-Si, eso.
-¿Y cuando llegan?
-Mañana por la tarde, con la canadiense, según tengo entendido.
-¿Es tan buena como dicen? Según me dijo John, es casi tan buena como Shane.
-No tengo ni idea, supongo que ya lo veremos.
-¿Y los demás, dónde están?
-Pues Henry y toda su trouppe están volviendo de Toronto también. Creo que John estaba en Hong Kong y llegará para las dos. Y Fernanda y el marroquí...
-¿Suliman?
-...Si eso. Pues estaban en Nueva York, pero creo que se iban a retrasar por algo, así que no sé cuando llegarán.
-¿Y a qué hora debemos estar?
-Pues supongo que para las doce del mediodía. Cooper y Katrina querrán vernos antes.
-Entonces saldremos sobre las nueve, ¿no?
-Si sería buena hora -Iker se aproximó a la mesa sosteniendo una bandeja con dos platos sobre ella- Pero bueno, no nos preocupemos ahora. Aprovechemos el tiempo que nos queda y disfrutemos de la cena.
-Y de otras cosas. Qué aun quedá mucho tiempo para las nueve -Laura lo cogío de la camisa, tiró de él y lo besó. A partir de lo cual comenzarón a disfrutar de una de sus últimas noches tranquilas, hasta dentro de mucho tiempo.
A las siete y media sonó el despertador, y ambos tuvieron que hacer un gran esfuerzo para levantarse de la cama y decirle, finalmente, adios a aquellos días de ensueño, para volver a lo que era la cruda realidad. Se dirigieron al aerodromo, a un hangar privado algo más alejado de los demás y se montaron en un pequeño jet que estaba allí detenido. Con gran pesadumbre, se besarón y con los dos sentados en los asientos de cabina, Laura miró a su amado, le acarició dulcemente la cara y le dijo.
-Al menos, siempre nos quedará Bangkok.
-Si, supongo que sí. Pero ya sabes, si acaso...
-Tranquilo, lo sé.
Cinco minutos después, un pequeño jet abandonaba la pista de despegue y se encaminaba hacia el norte, volando siempre a baja altura, para evitar cualquier radar demasiado curioso. Habían tenido mucha suerte, pero en estas situaciones, ambos siempre se preguntaban lo mismo; hasta cuando les duraría la suerte.

2 comentarios:

Lugilde dijo...

Con la musica se confirmo lo q es una leyenda..los hombres no pueden hacer dos cosas la avez jeje centrarte en el texto y en la musica xD

un titulo puede ser La despedida jeje u otro con connotaciones religiosas... jaja la ultima cena

litospk dijo...

Jejejeje
Me tendras que contar lo de la musica porque no lo pille mucho jejeje.
Pero oye me gusta q al menos alguién opine, y te comunico que no me desagrada "La Despedida"
Gracias por opinar tio